jueves, abril 18, 2024
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COMIENZOS DEL SIGLO XX: UN PERIODO DE GRANDES CAMBIOS EN LA SOCIEDAD COLOMBIANA

POR: OWEIMAR OLARTE

En el último artículo dejamos atrás el fin de la Guerra de los Mil Días —1899 – 1902— y con ella iniciamos el siglo XX, encontrando a una Colombia resquebrajada y dividida, arrasada por la guerra, industrias estancadas, la deuda externa creciendo y la educación con altos niveles de analfabetismo; como si fuera poco, se presentó la separación y pérdida de Panamá —1903—. Además, el inicio del siglo fue marcado por la elección del presidente conservador Rafael Reyes —1904 – 1909—; luego de su posesión, cerró el Congreso de la República y convocó a una Asamblea Constituyente, siendo su primera decisión alargar el periodo presidencial a 10 años.

Se le debe resaltar que, procuró establecer la paz en el caos que se estaba viviendo para la época, reconociendo las minorías liberales; desarrolló los ferrocarriles, impulsó la industria, el comercio exterior, fortaleció el Estado, electrificó el país, ajustó las finanzas públicas, fomentó la industria textil, contrató una misión chilena para modernizar el Ejército Nacional, fundó la Escuela Militar de Cadetes, la Escuela Naval de Cartagena y dio inicio al mercado petrolero colombiano.

Durante el gobierno de Reyes, se presentaron hechos graves que vale la pena mencionar: en 1906, un atentado al mismo presidente, por radicales conservadores, debido a las supuestas concesiones que se estaban otorgando a liberales; asimismo, se estaba enardeciendo el ambiente, en razón de lo que se decía era un gobierno arbitrario y muy dictatorial hasta querer el presidente quedarse en el poder por 10 años, como ya lo dijimos. En 1909, se convocó a la Asamblea Constituyente para la aprobación del tratado firmado con EE. UU., donde se aceptaba la separación de Panamá; las mayorías políticas lo aceptaban, pero en las calles había innumerables manifestaciones por lo sucedido; se convocó a elecciones para elegir el Congreso, el cual no se reunía desde 1904 y era quien debía aprobarlo. Estas elecciones le dieron la victoria a contradictores del presidente, quien ante lo sucedido, renuncia y encarga la Presidencia a Jorge Holguín; luego, en el mismo año —1909—, el Congreso designa al general Ramón González Valencia como presidente de la República para acabar el periodo en 1910.

El nuevo presidente convoca otra Asamblea Constituyente en julio de 1910; en esta, la misma asamblea se asignó la competencia para elegir presidente, escogiendo al empresario y periodista Carlos Eugenio Restrepo —1910 – 1914—. En dicha asamblea, también, se lograron varios cambios constitucionales, entre ellos: suprimir la pena de muerte, restablecer la elección directa de presidentes, reducir el periodo presidencial a cuatro años, así como en el sistema electoral se debía garantizar la representación proporcional de los partidos. En el tiempo de gobierno de Carlos E. Restrepo, se vivió una relativa paz, generada por la asignación de curules al partido minoritario; lo anterior, les daba participación a los dos partidos en las decisiones del gobierno.

Para el periodo de 1914 – 1918, fue elegido presidente el conservador José Vicente Concha, quien de manera atípica fue apoyado para su elección por el jefe del Partido Liberal, Rafael Uribe Uribe. De manera trágica, meses después fue asesinado el general Uribe Uribe por dos artesanos, quienes con varios golpes de hacha le segaron su vida en hechos ocurridos en la Plaza de Bolívar. El gobierno de José V. Concha coincidió con el inicio de la Primera Guerra Mundial, donde Colombia y México se declararon neutrales, lo cual implicaba cierto enfrentamiento con EE. UU., sumado a las relaciones tensas entre los dos países por la separación de Panamá; estos años de guerra mundial fueron de escasez de divisas, economía en crisis e incertidumbre.

En 1918, fue electo como presidente Marco Fidel Suárez, continuando con la hegemonía conservadora. Con visión del catolicismo tradicional, manifestaba que la solución a los problemas debía basarse en la caridad. Bajo su gobierno, se inició el cobro de impuesto sobre la renta. Terminada la Primera Guerra Mundial —1918—, las relaciones comerciales que se tenían con Inglaterra habían cambiado, Estados Unidos ocuparía su lugar, de donde vendrían inversionistas que controlarían los cultivos de banano en el país y seguirían con la exploración petrolera. Por su experticia en derecho internacional, el presidente Suárez buscó siempre la conveniente amistad y cercanía con EE. UU., ya que sus capitales serían de gran ayuda para el país.

Ante la necesidad de renovar en el Congreso los tratados con EE. UU., sobre la separación de Panamá y así recibir la indemnización prometida; además, con el Partido Conservador dividido, siendo acusado entre otras cosas de vender su sueldo a prestamistas; el presidente decide renunciar en 1921, asumiendo la Presidencia el general Jorge Holguín. A finales de ese año, se aprobó el tratado Thomson-Urrutia y Colombia entraría en tiempos de prosperidad económica, con 25 millones de dólares como indemnización y con un aliado estratégico como EE. UU., se vendrían épocas “felices”.

En el siguiente periodo presidencial —1922 – 1926—, asume Pedro Nel Ospina la dirigencia del país, le seguiría Miguel Abadía Méndez —1926 – 1930—. Los años veinte en Colombia fueron de avances; prosperidad económica, impulsada por la exportación del café; fueron los años de la aviación y radio, creación del Banco de la República —1923— y la Federación Nacional de Cafeteros —1927—. Con el auge de la industria, el sector obrero fue creciendo y preocupando a los dirigentes conservadores de la época; se crearon partidos políticos obreros que, por lo general, estaban aliados con los liberales; sus objetivos iban desde la defensa de los derechos de los trabajadores, hasta la revolución armada, como en el caso de Rusia.

Para finales del decenio, en 1928, la agitación laboral en los enclaves extranjeros, especialmente, en la United Fruit Company —la productora más grande de banano en el mundo para la época—, llevó a huelgas y bloqueo de la línea férrea que comunicaba a Ciénaga con Barranquilla; en confusos hechos entre los huelguistas y el Ejército Nacional, mueren más de 100 personas e igual cantidad resultan heridas; a este acontecimiento vergonzoso se le conoció como la masacre de las bananeras. Los años venideros traerán relatos de mayores confrontaciones y derramamiento de sangre que debemos conocer y aceptar, ya que es la historia de nuestro país, llevándonos al entendimiento de lo que hoy día somos: ¡colombianos!

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