jueves, marzo 28, 2024
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LAS REDES DE VALOR CÓMO AFECTA ESTE SISTEMA EN LAS DINÁMICAS DEL MUNDO ACTUAL

Por: Javier Mazeneth

Quisiera comenzar este artículo con la poderosa frase: “En estos tiempos tan complejos y convulsionados no sobrevive el más fuerte sino el que mejor se adapta”. Con esta diciente frase, quiero realizar mi preámbulo sobre unos sistemas hoy poco conocidos por todos, pero a la vez muy poderosos o de gran relevancia en la forma cómo se mueven las economías mundiales, estos son llamados: redes de valor o cadenas de abastecimiento globales.

Todos nosotros tenemos necesidad de vestirnos, comer, transportarnos, comunicarnos, fisiológicas, entre otras; en conclusión, somos seres con muchas necesidades o requerimientos para poder subsistir, convivir o simplemente sentirnos realizados. Esas necesidades, en su gran mayoría, son cubiertas por productos tangibles como la comida, el vestuario, vivienda o por servicios intangibles como la educación, salud, bienestar y demás. Pero, ¿qué nos permite acceder a dichos básicos para cubrir estas y muchas otras necesidades? y ¿cómo estas redes de valor deben adaptarse de manera veloz y confiable para poder satisfacer la gran demanda de exigencias que tiene el ser humano? Si te interesa saberlo sigue leyéndome y te contaré cómo a través de las redes de abastecimiento globales, se pueden cubrir estos grandes retos que el mundo globalizado le ha impuesto a este tipo de sistemas.

Actualmente, la gran mayoría de personas viven en grandes ciudades que crecen hacia arriba y siguen teniendo necesidades; imaginemos entonces, lo complejo que es entregar una caja en el departamento 5B de la torre 6A en el conjunto C del barrio X, es una logística totalmente diferente a la que normalmente vemos por estos días, a través de las redes de valor para muchas empresas es más fácil saber dónde vives y la forma de llegar a ti para ofrecerte lo que necesitas.

Los jóvenes actualmente demandan velocidad, Internet, todo lo quieren electrónico; la gente mayor, a lo mejor, quieren otras cosas, algo más tradicional, que les permitan tomar su decisión de compra con mucha más calma y a la medida de sus necesidades. Las redes de valor conocen tus preferencias y ofrecen un abanico de posibilidades totalmente adaptable a los gustos; así, podemos ver cómo antes de comprar un vehículo es posible personalizarlo, antes de autorizar su ensamble.

Otro aspecto clave en las redes de valor globales es el papel que ha venido tomando la mujer en la sociedad, hoy podemos ver muchas más mujeres gerenciando grandes cadenas de abastecimiento globales, con enormes capacidades de análisis, liderazgos innatos, disciplina y mejores posibilidades de pensar y proponer; en ese sentido, las sociedades son más equitativas e igualitarias en lo que refiere a géneros, imponiendo ello, un papel protagónico para la mujer en la sociedad.

El impresionante avance tecnológico en muchos aspectos de nuestra cotidianidad hoy es una realidad: que un celular te pueda decir que llegarás en exactamente 22 minutos a tu casa, es algo que años atrás era inimaginable; asimismo, que a través de la cantidad impresionante de datos —big data— se logren modelar tus patrones de conducta, compras y gustos; permitiéndole a las cadenas de abastecimiento globales, acceder a toda tu información para ofrecerte un producto o servicio en particular. En una conferencia acerca del tema se explicó que cobra relevancia información como a dónde fuiste, qué compras, si eres soltero o casado, tu nivel económico, cuánto gastas, qué te gusta y qué no; demostrando los grandes esfuerzos de las cadenas de abastecimiento globales por conocer mejor a sus clientes.

El consumismo plenamente consciente es una realidad, hoy la gente antes de comprar algún producto indaga mucho sobre él; en las cadenas de abastecimiento se le llama trazabilidad y permite saber si ese producto hace daño a tu salud, si tiene algún componente prohibido, quién lo fabrica y cómo se fabrica, si se utilizaron animales, e inclusive, niños para trabajar en su elaboración, pues vivimos en sociedades mucho más conscientes en temas tan sensibles como la explotación infantil, el cambio climático o el cuidado de la naturaleza.

La velocidad de cambio es impresionante, las cosas cambian como nunca, lo que actualmente está de moda o es la última tendencia, mañana estará obsoleto; estos cambios tan veloces, imponen un gran reto para las redes de valor y tal como lo anuncié en la frase al principio de este artículo, la clave está en la adaptación al cambio en la guerra por los clientes, es decir, simplemente te adaptas o desapareces. 

En resumidas cuentas, vivimos en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo, es decir, hoy dentro de las redes de valor ya no es fácil tomar una decisión, porque podría suceder que por esa volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad del mundo consumista, cuando la tomes sea demasiado tarde; dado lo anterior, podríamos hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué tanto pueden las redes de valor predecir y anticiparse a esos cambios? y ¿cómo pueden responder a sus clientes de manera rápida y eficiente?

La respuesta no la tienes tú, ni la tengo yo, pero lo que sí hay que dejar claro es que las redes de valor o cadenas globales de abastecimiento han llegado a una conclusión y es que no se puede tener todo, de todo, siempre, por ello, la mejor solución que han encontrado para lo anterior es la segmentación; esto, permite a las cadenas o redes ser especialistas en lo que realmente saben hacer bien, o sea en su nicho de mercado, donde mejor conocen a sus clientes y tienen la mejor visibilidad a lo largo de su cadena.

Cada vez que necesites comprar algo recuerda que ya hay alguien que lo sabe y lo está preparando para ti, ya que todo se está reinventando; ayer al cliente le decían: “Te entregamos el producto o servicio correcto, en el lugar correcto, en el tiempo correcto”, ahora es: “Entregamos cualquier producto, en cualquier momento y en cualquier lugar”.

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