jueves, marzo 28, 2024
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LUIS MIGUEL ZABALETA: VIVIENDO PARA SERVIR, A TRAVÉS DE LA DERMATOLOGÍA

Se describe como un hombre alegre, sencillo, perfeccionista y autocrítico, que confía en sí mismo y cuya fortaleza la halla en Dios. Su fe es todo, así lo vive y de esa manera lo comparte con sus miles de seguidores en redes sociales, quienes le profesan absoluta admiración, respeto y cariño diariamente. Ama profundamente a su familia y es ese justamente el eje primordial de su existencia. En sus padres encontró las enseñanzas más valiosas como la lealtad y la honestidad, las cuales lo moldearon y le educaron a ser quien es al lado de sus hermanas a quienes adora y admira; de ellos se siente inmensamente orgulloso y lo predica con especial emoción, pues su voz y sus ojos reflejan una felicidad indescriptible cuando se refiere a ellos.

Estudió Medicina en la Universidad del Norte y posteriormente se especializó en la Santa Casa de la Misericordia en Río de Janeiro —Brasil—, donde vivió cuatro largos años que le permitieron madurar, disfrutar la cultura de ese país, gastronomía, música y, al mismo tiempo, valorar aún más la tierra natal y el calor de su hermosa familia. Recuerda que cuando era un niño travieso e inquieto que trepaba árboles y disfrutaba la naturaleza libremente en su municipio natal: El Molino, quería ser cirujano plástico; sin embargo, comenzó a sentirse intranquilo e insatisfecho con lo que esa especialidad le presentaba al momento de cursarla, por lo que un primo le habló de la opción de estudiar Dermatología; consultándolo con sus padres y orando con fe, pidió discernimiento para hacer sabiamente su elección y a la mañana siguiente ya anhelaba convertirse en dermatólogo.

Confiesa con desparpajo que le gusta la política —mas no la politiquería— como un arte e instrumento de servicio a los demás, pues ayudar al prójimo le apasiona y a través de su profesión ha hallado diversas formas de hacerlo constantemente. Lidera varias causas sociales, entre las cuales se encuentran aquellas que proponen mejorar la calidad de vida de los niños wayuú de La Guajira y de su terruño, El Molino; un bello municipio al sur del departamento, cuna de talentos y remanso de paz.

Le encanta viajar, conocer otras culturas y formarse continuamente para mejorar los conocimientos médicos y científicos poniéndolos, con férrea responsabilidad y ética inquebrantable, al servicio de sus queridos pacientes, a quienes considera amigos, pues recuerda detalladamente las historias de vida; además, disfruta servirles de acuerdo a sus necesidades y expectativas con total empatía. Al respecto, expresa: “Mucha gente ve la dermatología estética como vanidad, yo le llamo parte del proceso que ayuda a fortalecer la salud mental, el autoestima y las relaciones interpersonales, lo cual influye en los múltiples aspectos de la vida de un ser humano. Me siento honrado que tantas personas depositen su confianza en mí, esa credibilidad me motiva a hacerlo mejor cada día, manteniéndome y posicionándome en este medio. Mi competencia todos los días es conmigo mismo”. 

Por ello, no dudó en reinaugurar su clínica y dotarla no solamente de la mejor tecnología, sino también de cálidos espacios y ambientes llenos de detalles, elegancia y buen gusto, con un equipo humano integral. Esta se encuentra ubicada en un estratégico sector de la ciudad capitalina —Bogotá—, donde la afluencia de pacientes es permanente durante todo el año.

Al hablar sobre el amor de su vida, su voz se serena, se torna más profunda y su mirada se llena de ternura y pasión: “Paula ha sido una bendición, una mujer que ante todo creyó en mí como ser humano, hombre y amigo. Ella es mi sostén incondicional, siempre me ha impulsado y apoyado al emprender, ha estado en las diversas facetas de mi existencia, me ayudó a organizarme y ser mejor”. Actualmente, ambos esperan con ilusión la llegada de su hija Fátima y sobre lo que significa convertirse en padre dice: “Mi hija es la bendición que me faltaba, es la promesa que Dios me hizo y llegó en el momento preciso con la mujer indicada”.

jimo﷽﷽﷽﷽﷽﷽ en este camino de ayuda y servicio al praforma sin titubear que  a todos. Es un soñadordos los aspectos de la vida deRespecto de RmfmfmfRespecto a los referentes inspiradores en su vida, afirma sin titubear que su padre es su más grande ejemplo: “Mi papá es un ser generoso y humilde que siempre quiere ayudar a todos”. Como hombre de fe expresa que Jesucristo es su guía y mentor en este camino de ayuda y servicio al prójimo, al mismo tiempo que San Lucas por su historia y el cual es además el Santo Patrono de los molineros.

Siente que su propósito es que nadie se vaya de él sin que sea más feliz y así dirige sus actos y pasos con convicción y disciplina, pues sabe que en gran medida esa ha sido la fórmula que le ha ayudado a posicionarse en el lugar donde está en este momento, no solo profesionalmente, sino personalmente.

Luis Miguel Zabaleta Jiménez es sin duda un referente obligado de la dermatología a nivel nacional e internacional. También, un molinero y guajiro de palabra, disciplinado, amigo de sus amigos, que adora y disfruta el folclor vallenato, enamorado de su esposa, ilusionado con ser papá; que halló en la medicina una herramienta para ser feliz y ayudar a los demás, canalizando su respeto al prójimo y vocación de servicio, a través de la ciencia.

Crédito de fotografías: Hernan Puentes

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