POR: GIOVANNI DE PICCOLI
Hace varias semanas, uno de los avances más importantes en la astronáutica estadounidense se dio por medio de la NASA: la llegada del robot explorador Perseverance a suelo marciano, un evento sin precedentes, ya que después de 7 meses, este pequeño artefacto contenedor de tecnologías, de última generación, recorrerá el planeta rojo por 687 días. Realmente, es increíble lo que se ha logrado en aproximadamente 75 años, es decir, desde el inicio de la era nuclear en 1945; la carrera vertiginosa entre las 7 potencias mundiales para conquistar las profundidades del espacio y alcanzar grandes proezas en la era digital, se hace cada vez más cerrada y productiva. Hoy, los términos inteligencia artificial, computación cuántica, robótica, conectividad, entre otros, son de dominio público e involucran preocupaciones de todo tipo; para los más pesimistas, desde la ética y moral, hasta la sobrevivencia del ser humano en el Planeta Azul; asimismo, los optimistas, quienes creen que en pro del progreso se obtienen respuestas hacia un futuro mejor.
Si se nos hiciera la pregunta de cómo será el mundo dentro de 100 años, es decir, en el 2121, ¡vaya!, creo que sería muy difícil imaginarlo, pero, sin duda alguna, la ciencia ficción en series como ‘Altered carbon’ de Netflix; ‘Transcendence’, protagonizada por Johnny Depp, Morgan Freeman, Rebecca Hall, entre otros; asimismo, ‘La llegada’ —‘Arrival’ en inglés—, cuyo elenco estelar fue encabezado por Amy Adams —Lois Lane en ‘El hombre de acero’— y Jeremy Renner —Ojo de Halcón en ‘Los vengadores’— podrían, especulando un poco, darnos una idea muy peculiar, centrada en resolver tres de los misterios y ansiedades más grandes de la existencia humana: el primer contacto entre seres inteligentes de otros mundos, el viaje en el tiempo y la vida eterna, lograda artificialmente.
Soñar no cuesta nada y como lo diría Antoine de Saint-Exupéry: “Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad”. Quien creería que la rueda, inventada por los mesopotámicos, iba a poner a rodar al mundo; la bombilla, la cual fue y sigue siendo luz en la oscuridad, además de todo lo que hace posible; el avión, este increíble artefacto hace que el hombre vuele y transporte masivamente pasajeros u objetos en tiempo récord; el Internet, un medio de difusión, comunicación y conocimiento, ya sea útil o pueril; el papel, algo tan frágil y común, pero que puede tener un enorme valor, determinando el poder de oferta y demanda, la estabilidad económica de los estados, la supremacía de quien más tiene y la pobreza de aquel que no lo posee: el dinero. La inventiva, creatividad e intelecto del ser humano no se detiene; la historia demuestra en su transcurrir que los límites no existen y si estos se exceden, puede ser que dichos avances, en lugar de buscar un mundo mejor, contribuyan a romper el equilibrio entre el ser humano, la naturaleza con sus recursos y la tecnología que permite sacar provecho de estos.
En la antigüedad, las culturas primitivas vivían de acuerdo a lo que la madre tierra les ofrecía y aquello que se tomaba no podía ser desperdiciado; asimismo, el hombre primitivo logró descubrir el fuego, arado, arco y la flecha, pero nunca dejó de reverenciar lo que su ecosistema le proveía; sin embargo, todo eso fue cambiando. ¿En qué momento el sueño de un futuro mejor puede convertirse en una pesadilla?, el séptimo arte nos permite vislumbrar porvenires apocalípticos: ‘Mad max’, la versión moderna y original con su saga completa; ‘Terminator’ desde la primera, hasta la más reciente: ‘Terminator: destino oculto’; por su parte, la exitosa ‘V la batalla final’, donde se da el encuentro de dos sociedades: la terráquea y extraterrestre, provocando que la primera se vea subyugada. También, series más recientes: ‘Colony’, ‘Falling skies’ y en el cine: ‘Independence day’, la original con Will Smith y la secuela 20 años después: ‘Independence day: resurgence’.
Sin duda alguna, a través de estas tramas hollywoodenses, logramos percibir situaciones que, posiblemente, en 100 años no sean para nada ficción, sino una realidad a la cual se enfrentarán las sociedades de ese futuro, el cual no demorará en llegar sin previo aviso, ya que los medios, algunos líderes mundiales, por ejemplo, Greta Thunberg, grandes profetas del pasado y del presente como Nostradamus e Isaac Asimov, en sus escritos rasgan el velo del tiempo y espacio, viendo atisbos de lo que está por venir y lo anunciaron a los cuatro vientos, con el propósito de prepararnos para los cambios que se avecinan. Así pues, puede que día a día avancemos a una extinción masiva o, por el contrario, una nueva era de paz, fraternidad y equilibrio para todas las comunidades que, en sus diferencias, conforman nuestro planeta.
Yo soy de los optimistas, creo que el ser humano, a pesar de sus múltiples conflictos, que siempre han sido los mismos, hasta el momento, no ha perdido su humanidad, ni sumergido del todo en el caos; al menos, no ha visto de frente su propia aniquilación y, cuando se acerca, hay quienes creen que es posible apartar la oscuridad que nos consume, encendiendo un faro que ilumina el camino para transitar en la luz; después de todo, como dijo Francis Bacon: “Para que la luz brille tan intensamente, la oscuridad debe estar presente”.
